jueves, 16 de agosto de 2012

Bélgica quería darle cerveza a los niños para combatir la obesidad infantil


Bélgica quería darle cerveza a los niños para combatir la obesidad infantil

Bélgica es un país, por definición, cervecero. Cuando vivía en México, los mexicanos se enorgullecían de beber mucha cerveza y ahora que vivo en España sucede lo mismo: los españoles están convencidos que consumen demasiada cerveza. Pero créanme, ninguno se acerca a Bélgica.
A los belgas le gusta tanto la cerveza que hay unas 180 cervecerías produciendo más de 400 tipos de esta bebida, en un país de apenas 11 millones de personas. Hay máquinas expendedoras de cerveza en prácticamente cualquier punto de la ciudad, en la calle, justo cuando te bajas de un tren, en los aeropuertos, en todo lado. De hecho la cerveza trapistabelga (fabricada en apenas 7 monasterios) debe ser la más rica producida, y es reconocida como tal en todo el mundo.
Entonces, no debería sorprender demasiado que en Bélgica se ideó un plan para darle cervezas a los niños y así combatir la obesidad infantil. Sucedió en 2001 cuando el gobierno inició una campaña para intentar que los alumnos en los colegios comieran mejor.
Considerando que absolutamente todo belga mayor de edad consume cerveza, parecía una muy buena idea que atraería a casi todos los niños. El plan consistía en que todo alumno de entre 3 y 15 años pueda optar por una cerveza muy light con apenas 1,5 grados de alcohol (por comparar, una Corona o “Coronita” como se le conoce en España contiene 4,6 grados de alcohol) que reemplazaría a bebidas con mucha azúcar, refrescos gaseosos básicamente, y ayudarlos a evitar el problema de obesidad.
La idea llegó por parte de una asociación entusiasta de la cerveza que citó un estudio que relaciona el consumo de refrescos con la obesidad y el cáncer. En teoría, al consumir una bebida con tan bajo nivel de alcohol, no veríamos niños de seis años borrachos en clases.
De hecho un colegio en Hasselt hizo una prueba del programa de cervezas para niños con un resultado evidentemente bueno. 75% de los niños prefirieron la cerveza que tomarse la habitual Coca Cola.
Pero el programa nunca tuvo el éxito deseado, padres de familia horrorizados por la idea impidieron su implementación en los colegios. ¿Lo más sorprendente? Los motivos para rechazar el programa de cervezas para niños no era el miedo a que se emborracharan o empezaran su vida de alcoholismo desde pequeños, sino que temían que al tener alcohol en el sistema, estarían más desconcertados en clases.
Sí, típico de Bélgica :)


Fuente : COOKING IDEAS

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