Sin embargo, y aunque han pasado ya dos años desde aquel nefasto día para el corredor español, el ciudadano de a pie tiene aun muchas dudas sobre uno de los casos de doping más famosos que ha sacudido al deporte de la bicicleta.
¿Puede una cantidad tan ridícula como 50 picogramos de una sustancia provocar algún efecto sobre el organismo humano? ¿Qué beneficios/perjuicios puede tener para un deportista el consumo de clembuterol? ¿Es posible detectar dicha cantidad en un análisis sin posibilidad de error? ¿Hasta qué punto podemos asegurar que no es una cantidad generada por el propio organismo del atleta? ¿Realmente se puede dar positivo por la ingesta de alimentos procedentes de animales que presentaran clembuterol en su organismo? ¿Qué tipo de ingesta puede haberse llevado a cabo para llegar a esos niveles? ¿Durante cuánto tiempo permanecen trazas en el organismo? ¿Sirve o no el clembuterol para enmascarar otras sustancias dopantes?
Pues bien, como aun no nos hemos metido en suficientes charcos este año, y aprovechándonos de las nuevas investigaciones surgidas en torno al consumo de clembuterol, en Scientia vamos a intentar arrojar luz sobre algunas de estas cuestiones que el seguidor del deporte en general, y del ciclismo en particular, todavía se hace sobre este caso… eso sí, si buscan titulares impactantes, sensacionalismos, chauvinismos, forofismos o conjeturas sobre el “Caso Contador” en este post, hoy les defraudaré… aquí solo vamos a hablar de Ciencia.
Uno de los grandes disparates que se han escuchado en torno a este tema en los medios de comunicación, y que como químico no puedo dejar pasar, es la afirmación de que 50 picogramos de una sustancia es una cantidad ridícula que no puede provocar ningún efecto sobre el organismo humano. Vamos a ver, evidentemente la cantidad (o mejor dicho concentración) de un compuesto influye en su efecto… pero digo yo que la naturaleza de la sustancia tendrá algo que decir. Evidentemente hay sustancias que en cantidades de 50 picogramos no tienen el más mínimo efecto pero…
¿Qué pasaría si ingerimos una cantidad equivalente de, por ejemplo, toxina botulínica, una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum y que es uno de los venenos más poderosos que existen?
Aunque existen controversias sobre la dosis letal en humanos (porque entre otra cosas no es plan ponerse a experimentar pero si hay algún voluntario se lo agradeceré en la otra vida), los datos obtenidos en monos hacen creer que para un humano de 70 kg de peso la dosis letal sería de 0.09-0.15 picogramos de toxina por vía intravenosa o intramuscular, 0.70-0.90 picogramos por inhalación y 70 µg por vía oral… y que para matar a un ratón de laboratorio es necesario un solo picogramo de botulina. Con estos datos creo que la primera cuestión queda resuelta: dependiendo de la molécula en cuestión 50 picogramos de una sustancia pueden no tener el más mínimo efecto o producir efectos tan devastadores que hagan que se pueda utilizar hasta como arma biológica… sigamos.
Una vez dejado claro que esa cantidad puede llegar a ser muy significativa, la siguiente pregunta es… ¿qué es el clembuterol y por qué es tan “deseado” por algunos deportistas? Si les digo que el clembuterol es un simpaticomimético con propiedades selectivas B2 estimulantes y con un mínimo efecto B1 o alfa es posible que dejen de leer este post, pero si les cuento que este compuesto tiene capacidad para activar un tipo concreto de proteínas de las membranas celulares y, por lo tanto, originar una respuesta en las células, es posible que vayamos entendiendo más el papel del clembuterol.
Además, si les comento que esta sustancia es capaz de combatir el asma y otros problemas respiratorios, de mejorar la oxigenación de tejidos debido a su efecto vasodilatador, de retrasar al digestión en situaciones de estrés, de mejorar la disponibilidad de energía para realizar una función determinada o de aumentar la masa y velocidad de contracción de los músculos, ya se podrán imaginar por qué es un compuesto que ha sido muy “querido” por deportistas de élite… y debido a ello, y sobre todo a sus propiedades como anabolizante que permite un desarrollo más rápido de la masa muscular en los entrenamientos, varias organizaciones deportivas consideran el medicamento como una sustancia de dopaje.
Siguiente pregunta. Si tantos efectos positivos tiene… ¿por qué no está aceptado su consumo en varios países? Pues porque existen estudios que asocian su ingesta a la aparición de dolores de cabeza, problemas cardiacos, nauseas, hipofosfatemia, hipomagnesemia, palpitaciones, incremento de la presión sanguínea y otras patologías por lo que se optó por retirarlo del mercado. Sin embargo, quiero dejar claro en este punto que no entiendo cómo es posible que en unos países se considere peligroso el clembuterol para la salud humana y en otros esté permitido su consumo para combatir problemas respiratorios… ¿o es que si lo ingieres en España puedes tener problemas cardiacos y si cruzas el charco y lo ingieres en México no pasa nada? Hombre, ellos se toman la vida de forma más pausada pero algo no me cuadra cuando una sustancia según en qué país la ingieras se considera inocua o perjudicial…sigamos y metamos el dedo en el ojo.
Una de las preguntas del millón… ¿50 picogramos/ml de orina de clembuterol puede tener algún efecto positivo en el rendimiento deportivo? Pues miren, a “esa pregunta” la respuesta es clara y contundente: NO. Según lo establecido la dosis mínima necesaria para que el clembuterol pueda tener un efecto ergogénico en el rendimiento en seres humanos (Minimum Required Performance Level o MRPL) ronda los 2 nanogramos/ml… ¡¡Ni más ni menos que 40 veces más de lo detectado a Contador!!… ¿entonces eso libra de toda culpa a Contador? No.
La legislación prohíbe la existencia de cualquier cantidad de clembuterol ya que el organismo no puede sintetizarlo endógenamente por lo que su presencia indica una aportación exógena… Entonces, ¿de dónde puede proceder ese clembuterol y qué sentido tiene que aparezca a concentraciones que no sirvan para aumentar el rendimiento deportivo?
Centrémonos por ahora en la primera parte la pregunta… ¿desde el punto de vista científico es posible la historia del chuletón por la cual el equipo de Contador achacó al consumo de carne contaminada en clembuterol el famoso doping? Un revelador estudio publicado este mismo año en la revista “Drug Testing and Analysis” y titulado “Clenbuterol-regional Food contamination a posible source for inadvertent doping in sports” demuestra no solamente que es totalmente posible que el consumo de carne adulterada con clembuterol se refleje en la orina, sino que hay métodos analíticos muy sensibles que son capaces de detectar concentraciones muy bajas de clembuterol y que dejan en evidencia a todos aquellos que siguen afirmando que es imposible encontrar cantidades tan pequeñas de esta sustancia en la orina.
Este relevante estudio fue llevado a cabo por investigadores del famoso Centro de Investigación para la Prevención del Dopaje perteneciente a la Universidad de Colonia (Alemania) tras detectar las autoridades alemanas que varios de sus deportistas presentaban niveles significativos de clembuterol en su orina a la vuelta de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Para comprobar si era fruto de prácticas irregulares o de la ingestión de carne adulterada con este compuesto (existen países como China donde es frecuente engordar artificialmente el ganado con clembuterol debido a capacidad para aumentar la masa muscular, reducir la masa grasa e incluso disminuir la sensación de apetito) se analizó la orina de 28 voluntarios no deportistas que habían viajado a diferentes zonas de China o que eran residentes allí pero que no practicaban deporte de élite.
Los resultados fueron demoledores: 22 positivos en clembuterol y sólo 6 negativos (de los cuales uno era vegetariano y no comía carne)…o sea que es posible dar positivo por clembuterol por la ingesta de carne contaminada. ¿Entonces podemos considerar a Contador ya inocente? No. Una cosa es que sea posible que tras comer carne contaminada de forma continua des positivo en un control antidoping y otra muy distinta es que sea probable en el caso del ciclista de Pinto… por comer solamente un chuletón y además en España.
A pesar de que en China y en México el engorde artificial del ganado es práctica desgraciadamente habitual, en la UE y concretamente en España los casos son escasos por no decir nulos. Las correspondientes Agencias de Seguridad Alimentaria controlan exhaustivamente el ganado y la Agencia Mundial Antidopaje, tras estudiar el análisis de la trazabilidad del chuletón en cuestión, el marco legal de Europa sobre el clembuterol para engorde de ganado y las estadísticas sobre su incidencia (de los 300.000 controles realizados a animales de sacrificio en la UE en 2008, no hubo ningún caso de engorde por clembuterol) estableció que la probabilidad de que el bueno de Alberto presentara 50 picogramos de clembuterol/ml de orina por consumir el famoso chuletón irundarra es prácticamente nula… y si quieren saber más sobre el surrealista debate acerca de si de una res de ternera de 270-280 kilos se puede sacar un solomillo de 3 kilos y 200 gramos mejor lean esta espectacular entrevista al famoso carnicero de Irún. Imprescindible. Pero aun hay más.
Una de las grandes críticas que se han hecho a las Agencias Antidopaje es que el método analítico no es fiable y que no existe la posibilidad de detectar con exactitud una cantidad tan irrisoria de clembuterol en orina. Pues va a ser que eso también es una falacia. En este trabajo, precisamente llevado a cabo por el mismo laboratorio encargado de los controles antidopaje que se realizan en diferentes competiciones deportivas de élite, los investigadores han determinado con gran precisión y exactitud, y mediante técnicas de cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas-masas (LC-MS-MS), concentraciones de clembuterol que van desde 1 hasta 50 picogramo/ml de orina…es decir, se puede detectar hasta 50 veces menos cantidad de clembuterol que la determinada en la orina de Contador. Sin comentarios.
Conclusión. ¿50 picogramos de una sustancia pueden tener efectos significativos? Por supuesto. En el caso del clembuterol, ¿es posible detectar esa minúscula cantidad en orina? Esa, y 50 veces menos. ¿Puede dar positivo en un control antidopaje alguien que haya consumido carne adulterada con clembuterol? Posible, pero en España muy poco probable. ¿Hizo bien el ciclista de Pinto en señalar al sector vacuno en general y al ganadero de Irún en particular posible fuente del doping? Yo nunca lo hubiese hecho sin pruebas. ¿Esos 50 picogramos/ml pueden aumentar el rendimiento deportivo de un ciclista? No, al ser 40 veces menos que la Minimum Required Performance Level establecida para el clembuterol. ¿Puede producirlo el propio organismo? No. ¿Es lógico que en pleno siglo XXI nadie de un equipo ciclista que invierte millones de euros en nuevas tecnologías, y que además es consciente que su líder pasa controles antidopaje en pleno Tour de Francia día sí y día también, no controle la alimentación de sus deportistas con el gran riesgo que ello conlleva?
Rotundamente no.

Como han podido observar, muchas de las preguntas que nos planteamos al principio de este artículo ya han quedado resueltas. Sin embargo, tengo una mala noticia que darles. Para resolver las siguientes cuestiones, las relacionadas con lo que puede significar la presencia de 50 picogramos/ml en la orina de un ciclista y que no tienen desperdicio, tendrán que esperar unos días porque acabo de encender la televisión y me he bloqueado al enterarme que otro de los grandes, Frank Schleck, acaba de ser expulsado del Tour de Francia 2012 por dar positivo en un control antidoping.
Señores a mí, un friki del deporte (sí, también del deporte), todo esto me entristece y que a nadie se le olvide que las Olimpiadas de Londres, y también el famoso dopaje genético, están a la vuelta de la esquina…
Continuará…
Próximamente: ¿Qué implica la presencia de 50 picogramos/ml de clembuterol en la orina de un ciclista? Mi opinión personal del “Caso Contador”.
Jose
fuente: http://scientia1.wordpress.com/2012/07/20/son-fiables-las-determinaciones-analiticas-llevadas-a-cabo-en-el-caso-contador/
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