Hay personas como Esther Chumillas que ven sin ver, ven algo, pero no lo reconocen. Ella, así como sólo ocho personas en el mundo, padece de agnosia visual, una lesión cerebral que la convierte en alguien dependiente. No hay cura, pero sí se pueden mejorar sus síntomas gracias a la rehabilitación.
Para Esther enfrentarse a un cuadro es un suplicio. Ella ve, pero como no tiene memoria visual todo lo que ve le parece nuevo, como si lo viera por primera vez.
"Al mostrarle un objeto no sabe su nombre, pero si lo coge o lo oye lo puede asociar", dice el neurólogo Alberto Villarejo.
Una meningitis le provocó a Esther la agnosia visual. Hasta ahora ningún médico le ha ofrecido una solución a su problema. Es tan grave que no reconoce ni recuerda el rostro de nadie, así lo haya acabado de ver.
Enseña braille a niños de educación especial. Para movilizarle en la ciudad, Esther tiene que usar un GPS.
"Ir a la casa de sus padres se le hace imposible. Se desorienta muy fácilmente. Tengo que acompañarla a hacer cualquier cosa", cuenta su pareja, Manuel Rubio.
La agnosia visual hace de Esther una persona ciega, sin serlo.
fuente: http://www.telemetro.com/actualidad/2012/09/03/112983/ocho-personas-mundo-padecen-agnosia-visual
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