domingo, 29 de abril de 2012

El mar volverá a abrazar el Mont Saint Michel



Antaño fue una isla, una fortaleza accesible sólo en épocas de marea baja. Pero el turismo de masas hizo la roca transitable y cambió el agua que la rodeaba por miles de hectáreas de coches 'visitantes'. Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1979, el Mont Saint Michel quiere recuperar la esencia perdida, volver a convertirse en ínsula, y por eso prohibirá desde hoy el estacionamiento de vehículos a los pies de la abadía.
"Se trata de una gran revolución en un momento importante, pues va a cambiar los hábitos de los turistas y abrirá una nueva etapa en las operaciones puestas en marcha para devolver al monte su carácter marítimo", ha asegurado Laurent Beauvais, presidente de la región Baja Normandía.
El camino de acceso a la abadía será a partir de ahora poco menos que una peregrinación. Los turistas tendrán que dejar su vehículo en la parte terrestre, a tres kilómetros del monte, caminar 900 metros de trayecto a pie y después cruzar en lanzadera los dos kilómetros de dique que llevan al monumento.
La gran explanada de 15 hectáreas de hormigón en la que hasta ahora esperaban los vehículos a los turistas será destruida. La medida cambiará la 'foto' del monumento. Más postalera y menos sucia, más natural y libre de polución. "La idea es que no haya otra construcción en el entorno que la creada por la naturaleza", explica François Xavier de Beaulaincourt, miembro del sindicato mixto que ha llevado a cabo la iniciativa.

Ambicioso proyecto

Esta medida se enmarca en un amplio proyecto que se inició en 1995. Entonces se empezaron a estudiar las distintas iniciativas posibles para naturalizar el monte. En 2005 comenzaron los trabajos sobre el terreno, que concluirán en 2015. Estos incluyen la construcción de otro parking, que ha sido inaugurado hoy, así como la creación de un puente pasarela que reemplazará el dique existente a partir de 2014.
A diferencia del anterior, el nuevo aparcamiento se encuentra a 3 kilómetros de la roca y cuenta con 4.000 plazas. Más apartado y más pequeño, pretende restar 'contaminación' estética a la abadía. "Se trata de controlar el turismo de masas. No queremos más estacionamientos junto al monte para que éste se parezca más a una carta postal", explica Beaulaincourt.
Como en toda modificación urbanística, los cambios no han gustado a todos. En este caso son los comerciantes de la zona los que creen que el viaje hasta Saint Michel, ahora más largo y cansado, disuadirá a los turistas, sobre todo a los más mayores que no puedan recorrer a pie los 900 metros que separan el nuevo parking del punto de salida de los autobuses que lleva a la abadía.

Camino más largo y más caro

También hay pegas para el bolsillo, pues la visita será, además, más cara: el pago del aparcamiento recién inaugurado -el precio pasa de los 6 euros a los 8 euros- hará que muchos se lo piensen, según los comerciantes de la zona. Las navettes que atraviesan el dique serán gratuitas para los residentes y habrá también algunas especiales para personas con movilidad reducida que recorrerán todo el trayecto.
Algunos creen que éstas son escasas -seis lanzaderas con capacidad para 66 personas y que saldrán cada cuatro minutos-, mientras que otros critican que se haya prohibido también el acceso a las bicicletas, pues estas, a diferencia de los vehículos, ni estropean la postal ni la contaminan. El Mont Saint Michel es el monumento más visitado de Normandía, el segundo de toda Francia, después de París. Más de dos millones y medio de turistas acceden cada año a la roca para ver la conocida abadía. El premio a los que lleguen hasta allí será, a partir de ahora, más que merecido.

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